De la oralidad a la oralidad: superando el Paréntesis de Gutemberg
Depuis qu'elle existe,
l'humanité a su cultiver l'art de raconter des histoires,
un art partout au coeur du lien social.
Christian Salmon
l'humanité a su cultiver l'art de raconter des histoires,
un art partout au coeur du lien social.
Christian Salmon
... un hombre que contaba historias porque los niños no sabían leer y que utilizaba la narración oral para transmitir conocimiento importante y educarlos para la supervivencia. Había otros hombres que intentaban invertar sistemas para luchar contra su labor y limitar la fuerza de sus palabras, pero no lo conseguían.
Pero un día un herrero llamado Johannes Gutemberg creó unos moldes de las letras hechos con hierros móviles. Lo llamó imprenta. Rápidamente se empezaron a imprimir y a reproducir libros que se fueron extendiendo contentos del papel que les habían asignado.
El hombre dejó poco a poco de compartir su información de manera oral y de contar historias que se transmitían de manera colaborativa, re-creativa, colectiva, contextual, inestable y tradicional. Poco a poco se olvidó de enseñar y aprender compartiendo, asociando e interpretando experiencias partiendo de la palabra, la imagen y el sonido y, pronto, la gente no recordó más cómo aprender de manera social y efectiva.
Pero un día un herrero llamado Johannes Gutemberg creó unos moldes de las letras hechos con hierros móviles. Lo llamó imprenta. Rápidamente se empezaron a imprimir y a reproducir libros que se fueron extendiendo contentos del papel que les habían asignado.
El hombre dejó poco a poco de compartir su información de manera oral y de contar historias que se transmitían de manera colaborativa, re-creativa, colectiva, contextual, inestable y tradicional. Poco a poco se olvidó de enseñar y aprender compartiendo, asociando e interpretando experiencias partiendo de la palabra, la imagen y el sonido y, pronto, la gente no recordó más cómo aprender de manera social y efectiva.
El resto de los hombres pensaron que el nuevo invento era fabuloso y convirtieron al libro en el centro de los productos culturales que garantizaba la verdad del conocimiento. Durante siglos los libros transmitieron las enseñanzas que antes se pasaban de boca en boca, invitando ahora a la individualidad, de manera autónoma, estable y canónica. Cambió la comunicación, cambió la forma de acercarse al conocimiento y cambió también la cognición.
Así pasaron 500 años, hasta que la sociedad evolucionó y unos hombres revolucionaron la comunicación e inventaron máquinas prodigiosas que permitían conectarse con otros hombres a miles de kilómetros de distancia y enredarse en conversaciones que iban ampliando las relaciones entre ellos: otra forma de narrar usando la palabra había nacido.
Y de nuevo, poco a poco, el hombre empezó a crear y distribuir el conocimiento casi como antaño, y siempre, poco a poco, se generaron lenguajes que recordaban a los de antes. Y el libro se alegró de ser ayudado en su labor y agradeció poder ser enriquecido por el hipertexto, los hipermedios, los enlaces y las redes para, todos juntos, ayudar a la humanidad a aprender gracias al sampleo, el remix, el préstamo, el rediseño, la apropiación y la recontextualización.
Elisa Hergueta Sinapsis ele
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